Hace unos días, en una charla con amigas, llegamos a una conclusión que me dejó pensando: el compromiso en las parejas de hoy es más raro que un billete de dos pesos. Y no hablo de compromiso en términos de matrimonio o promesas de amor eterno, sino del simple acto de construir algo a largo plazo con alguien. Parece que el "para siempre" ya no se usa y que el "hasta el próximo fin de semana" se ha convertido en la regla.
Lo curioso es que esta falta de compromiso está empezando a tener consecuencias más allá de los corazones rotos y las historias que terminan antes de que se enfríe el café.